El Sueño del Poeta: El vuelo de un pájaro
Mis versos se van, siguiendo cierto aire de amapola, pero seguirán vivos en: http://airedeamapola.blogspot.com/

jueves, 5 de febrero de 2009

El vuelo de un pájaro

Volé entre las copas de los árboles, cambiando alternativamente y sin orden alguno de corriente de aire, simplemente dejándome llevar sin rumbo fijo. Atravesé grandes praderas verdes donde el sol brillaba en un bello espectáculo cada mañana sobre las gotas de rocío en la hierba. También vi altas montañas, con sus blancas cimas nevadas de las que descendían los ríos brindando al aire un suave y agradable murmullo. En algunos lugares este murmullo se hacía más intenso, las aguas cogían velocidad e incluso llegaban a caer desde elevadas pendientes formando hermosas cascadas que brillaban a la luz del ocaso como si de cabellos de oro se tratara. También conocí otros animales, desde pequeños e inocentes hasta grandes y feroces. Los más pequeños me evitaban, creyendo ver en mí un peligro para su vida, mientras que a los más grandes solo los podía observar desde lejos y llevando mucho cuidado en no ser detectado, no me fuera a convertir yo en su próxima presa.

Pasado un tiempo, en el que no podía dejar de regodearme con los bellos y tranquilos paisajes que me rodeaban mientras yo seguía con mi melancólico vuelo sin rumbo, encontré unos nuevos animales. Era una especie rara, pues caminaban sobre dos patas y, aunque solían ir con trapos por encima (cosa que nunca llegué a entender), se podía observar fácilmente que disponían de bastante menos pelo que la mayoría de los animales que se parecían a ellos.

Tarde descubrí, cuando volaba (como siempre, sin rumbo) acompañado de un hermano gorrión disfrutando de una amena charla, que este nuevo tipo de animal era uno de los más agresivos, si no el más, animales que pudieran existir sobre este bello planeta, pues un espécimen relativamente joven, sin motivo alguno (quizá el aburrimiento), mató de una pedrada a mi compañero, mientras que yo huí apenado buscando alejarme del alcance de aquel ser. Cuando me distancié lo suficiente, me propuse averiguar algo más sobre este extraño carácter, en un mundo donde primaba lo bonito, tranquilo y alegre. Fui descubriendo horrorizado la dimensión de su obra, y cada cosa que descubría, me provocaba un dolor interior insoportable que acortaba los días de mi vida y me hacía más y más viejo…

Estos seres (pues no se merecen llamar animales) no se conformaban con disfrutar de los placeres que una vida en paz con el resto brinda, sino que estaban en continua y desigual pele contra el medio en el que vivían y el resto de sus habitantes, no respetaban nada, lo mismo les daba talar el bosque más grande, que montar sus grises viviendas en una verde pradera, que conducir el agua en sus horrendos canales. Grande fue mi sorpresa que al descubrir que hacían lo que ninguna otra especie hacía: matarse mutuamente, y no por supervivencia (que sería más normal), sino por puros intereses de unos u otros, por diversión e incluso creo que en casos por aburrimiento.

Dicen que la Madre Naturaleza es sabia. Yo lo empiezo a dudar, pues, después de dotar al mundo de cosas tan bellas como un cerezo en flor, una cascada brillante o una cima nevada va y crea un horrendo ser (así los llamaré, “Horrendos Seres”) capaz de acabar con todo lo anterior. Me insto a pensar que lo habrá hecho sin conocer el desenlace de su creación, que lo único que buscó es crear un ser más inteligente que los demás que dominara pacíficamente sobre ellos mediante su ingenio y los ayudara a mejorar. Sin embargo, algo debió salir mal, pues demasiado valiente sería quien se atreviera a afirmar sin dudas que esto que he estado observando, tal que matarse entre ellos por razones banales, es inteligencia.

Llegado a esta conclusión, emprendí un rápido vuelo (esta vez sí tenía rumbo) hacia alguno de los pocos lugares bellos y tranquilos que quedan en este planeta antes tan bello. Solo queda disfrutar mientras se pueda de estos hermosos placeres a la vista, antes de que el Horrendo Ser nos prive de ellos.


De un pájaro que vuela, para los demás animales.

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Consulta de Jorge

En principio, y de hay viene la url de la página, este blog se llamaba "La Consulta de Jorge", en honor al gran libro de Jorge Bucay "Déjame que te cuente". Además, un personaje que casualmente llevaba mi mismo nombre introducía los textos que escribía. Como esto último ya no es así, he decidido cambiar el nombre a "Sueño del Poeta".