El Sueño del Poeta: Gloriosa existencia
Mis versos se van, siguiendo cierto aire de amapola, pero seguirán vivos en: http://airedeamapola.blogspot.com/

domingo, 8 de junio de 2008

Gloriosa existencia

Jaume entró por la puerta de la consulta, mi consulta en Valencia, por cuarta vez.

-Hola, Jaume -le saludé.

-Buenas, Mario -me devolvió el saludo.

-A ver, esta semana, no me preguntes por qué, he estado algo deprimido. Después de ese último poema que me recitaste antes de irme la sesión pasada, estuve pensando sobre este tema, la muerte. Estuve pensando en que pasaría después de morirte, si irías al Cielo o al Infierno, o a cualquier sitio por el estilo como dicen muchas religiones; o si te reencarnarias en otro ser como me parece recordar que decían los hindúes; o si, por el contrario, como afirman los ateos y decías tú en tu poema, no irías a ninguna parte, simplemente dejarías de existir. Y pensar en todo esto me deprimió mucho, pensar que puede que ya no sea nada después de esta vida.

-Bien, esta es un temor muy común, como puede que sepas. Precisamente, el miedo hacia lo que pueda haber después de la muerte ha sido, a mi manera de ver, lo que ha incitado a las religiones a predicar esas mentiras. Creo que un cuento te vendría bien. Este trata sobre una niña muy especial:

Nací un 25 de diciembre. Por lo que me contaron, nací un día bastante bueno, teniendo en cuenta que era invierno. Mi padre esperaba impaciente Mi padre esperaba impacientemente mientras mi madre daba a luz a una preciosa niña que se convertiría en lo que ahora soy. Todo fue bien en principio, todos se alegraron de mi nacimiento, la única que detectó algo extraño fue mi madre cuando vio un brillo especial en mis ojos, que luego pensó haberse imaginado.
Llegaron los análisis. Todo fue perfecto, excepto una cosa, una malformación genética me haría morir cuando cumpliera los dieciséis años. La alegría que había estado presente en los rostros de mis padres se esfumó rápidamente, y fue sucedida por largas noches de llantos.

Mi infancia fue feliz, como la de cualquier otra niña, pues mis padres me ocultaron mi desdicha, excepto que yo destacaba más que nadie en todas las asignaturas. Mis profesores se asombraban conmigo, así como mis amigos.
Mi infancia estuvo cargada de éxitos, sobresalía allá a donde fuera: concursos de matemáticas, de poemas, de novelas... Quizá en lo único que no destacaba era en estatura, que era más baja que la mayoría de las niñas de mi edad.
También tuve una hermana, una preciosa chiquilla que llevaría una vida normal.

Florecí a los siete años y, aunque no lo revelé hasta los nueve, sorprendió igualmente a mucha gente, excepto a mis padres, que ya estaban al tanto de las irregularidades de mi genética.

Con doce o trece años, yo ya tenía la madurez de cualquier chica de dieciocho años, así como mi inteligencia también, por lo que seguí, durante lo que me atrevería a decir que fue mi juventud, destacando en todo.

Ayer, yo contenta por ser hoy mi cumpleaños, cuando se acercaron mis padres con el rostro ensombrecido y me contaronlo que sabían desde hacía poco menos de dieciséis años, que, hoy, en mi decimo sexto cumpleaños, moriría.

Y aquí estoy, en la cama del hospital, rodeada de parientes y médicos, hoy, 25 de diciembre, maldito sea el día, aunque a otros le parezca bueno ya que es Navidad, rememorando mi vida cuando quedan pocos segundos para mi muerte. Muchas preguntas pasan por mi mente.
Ya sólo quedan diez, y me pregunto si mi corta existencia valió la pena.
Dicen que la verdad se nos es revelada justo antes de morir. Si es así, mi vida sí que me reció la pena.


-Esta es la historia de una desdichada niña que, como ella bien pensó, descubrió la verdad antes de morir -le dije tras terminar el cuento. Miré mi reloj- La hora ya ha terminado, así que ya hablaremos más extensamente sobre ello el próximo día. Hatsa entonces, Jaume.

-Adiós Mario.

Salió de la estancia y yo aún me quedé algo. Finalmente, tras haber reflexionado sobre varias cosas. Salí, de vuelta ya para mi casa.

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Consulta de Jorge

En principio, y de hay viene la url de la página, este blog se llamaba "La Consulta de Jorge", en honor al gran libro de Jorge Bucay "Déjame que te cuente". Además, un personaje que casualmente llevaba mi mismo nombre introducía los textos que escribía. Como esto último ya no es así, he decidido cambiar el nombre a "Sueño del Poeta".